Este fin de semana he disfrutado del Oriente de Asturias. Estuve visitando varios lugares de la espectacular orografía asturiana entre la costa en Llanes y la montaña en Covadonga pasando por la zona de Cangas de Onís. En otra entrada os contaré más en detalle sobre el Ídolo de Peña Tú, la Playa Interior de Cobijeru y la obligatoria Ruta de Pepín, pero ahora os hablaré de la casa rural en la que nos alojamos para tener un merecido descanso después de un día de mucho caminar.
Jaime es el propietario de Heredad de la Cueste, una casa rural dentro de la marca de calidad de Aldeas, situada en Llenín, al pie de de los Picos de Europa. Como llegamos ya de noche, no pudimos ver las vistas que tiene, aunque como está en un alto, sí que a medida que llegas la vas viendo iluminada en medio del monte. La primera sensación que tienes al entrar es la calidez, un detalle muy importante ya que aunque estamos en primavera, las temperaturas todavía no son muy altas. Jaime nos esperaba con la chimenea encendida en un amplio salón con varios sofás y sillones en los que pudimos relajarnos y tener una charla distendida.
La Heredad de la Cueste tiene 6 habitaciones entre el primer y segundo piso. En la planta baja está el mencionado salón y la zona de desayuno. Las habitaciones son amplias y llenas de detalles rústicos y tradicionales. De hecho no solo las habitaciones, si no toda la casa rural. Desde teléfonos de dial a planchas de hierro que utilizaban nuestras abuelas, pasando por vajillas y manteles de hace bastantes años. En las habitaciones hay también cómodos sillones y en las mesas nos podemos encontrar radios antiguas que dan un toque diferente y acogedor.
Las vistas de Picos de Europa
Por la mañana dimos un paseo por fuera de la casa y pudimos apreciar esta maravillosa vista panorámica de los Picos de Europa:
El día era un poco gris, pero es el cánon que tiene Asturias por contar con ese color verde tan peculiar, un manto vivo que cubre toda la región. Me gustaría también decir que, a pesar de no tener un día soleado, en Asturias se pueden hacer muchísimas visitas y realizar actividades sin ningún problema. De hecho es parte de su encanto. Jaime me comentó que había tenido cancelaciones de habitaciones precisamente porque no iba a hacer sol. Creo que es un error no venir a Asturias por el clima. Las nubes o la lluvia no impiden disfrutar del paraíso.
Las habitaciones
Comos ya os había comentado, las habitaciones son amplias y llenas de detalles. Todo está muy limpio y cuidado con un aire tradicional muy bonito. De hecho una de las cosas que más llaman de las habitaciones no está dentro, si no fuera: las maravillosas vistas a los Picos de Europa y la luz natural que entra desde primera hora de la mañana. Como una imagen vale más que mil palabras… aquí os dejo algunas fotos para lo veáis en primera persona:
El desayuno
Uno de los detalles que más cuidado y cariño ponen en la marca de calidad de Aldeas es en los desayunos. El horario es de 8:30 a 10:30 y Jaime nos ofreció un desayuno variado y natural. Sobre la mesa había un plato de frutas variadas que se completó con un zumo natural de naranja recién exprimido. Para beber había café, leche, infusiones,… pero lo mejor estaba por llegar.
Jaime volvió de la cocina con unos huevos de casa revueltos que tenían un sabor riquísimo. Además nos ofreció pan de hogaza un poco tostado, mermelada casera de manzana y arándanos y bizcocho recién hecho por la mañana. Sin duda un desayuno de lujo.
La recepción y el salón
Al entrar en la Heredad de la Cueste vemos que es un lugar muy acogedor. A la derecha hay un salón con dos zonas separadas con chimenea y televisión. Es un sitio cómodo y tranquilo para hablar y disfrutar de la estancia. Fotos:
Fotos del exterior de la casa rural
Y por último ya comparto algunos fotos del exterior de la casa con más vistas a los Picos de Europa:
Muchas gracias Alfonso y al equipo de «2 maletas y 1 destino» por este magnífico Post y por las estupendas fotos de la casa.
Para nosotros ha sido una satisfacción contar con la visita de esta estupenda familia.
Un fuerte abrazo y ¡buen camino!
Jaime