Road trip por la costa oeste de Francia

Ya teníamos ganas de un road  trip (viaje en coche)  y como cualquier excusa es buena, con motivo del NATO Tiger Meet 2017 nos fuimos 6 días de road trip por la costa oeste de Francia.

El Tiger Meet es un encuentro de algunas fuerzas aéreas de la OTAN que pertenecen a escuadrones que tienen un tigre en su distintivo (una reunión de colegas, como quien dice). Se reúnen para practicar maniobras y misiones militares, y permiten la entrada a la base a un número limitado de spotters (frikis de los aviones). Pues bien, el año pasado fue en España, en Zaragoza, pero nosotros no pudimos ir porque teníamos la boda de unos amigos en Salamanca, motivo por el cual tampoco pudimos ir al TBM Andorra. Por si os lo preguntáis, sí, ¡la boda valió la pena!

Spotters NATO Tiger Meet 2017

Hace meses, Alfonso me comentó que el Tiger Meet se celebraría en Landivisiau, en la Bretaña Francesa, y que nos iba a inscribir, que ya veríamos si podríamos ir… y así fue como empezó a gestarse nuestra ruta en coche por la costa oeste de Francia.

Organización del viaje

Desde un primer momento, valoramos la posibilidad de alquilar un coche porque el nuestro no es ni mucho menos de última generación. En un viaje tan largo se valora mucho un coche amplio y confortable, con un buen climatizador, un consumo bajo y a poder ser, un gran maletero, ya que entre otras cosas, nos llevamos hasta unas sillas para estar cómodamente sentados durante el Tiger Meet.

También valoramos desde el principio alquilar con Sixt, que ya nos acompañó en nuestro pequeño road trip por el norte de Italia y también en Mallorca, porque es una empresa joven y dinámica que nos entiende bien, con una flota nueva y buenos precios. Así fue que en esta ocasión, les contamos nuestro plan de viaje y no dudaron en colaborar con nosotros.

Como sabéis, nosotros somos asturianos, pero Sixt no tiene oficinas por el momento en Asturias ni en Cantabria, así que recogimos el coche en Bilbao donde nos atendieron de lujo, como no podía ser de otra forma. Nuestro requisito más importante era el maletero, así que nos asignaron un Opel Astra SW muy nuevo, amplio, cómodo, con todas las prestaciones de los coches actuales: start and stop, limitador de velocidad, LDW (detector de cambio de carril), cámara trasera, sensores de aparcamiento, GPS, bluetooth, puertos USB, etc. Además diesel y con un gran maletero, ¡no podíamos pedir más!

Decidimos que a lo largo de nuestro road trip pasaríamos por las 4 regiones occidentales de Francia: Nueva Aquitania (Nouvelle Aquitaine), Países del Loira (Pays de la Loire), Bretaña (Bretagne) y Normandía (Normandie).

Investigamos y leímos sobre estas zonas y nos propusimos visitar: Biarritz, Capbreton, Arcachon (Duna de Pilat), Bourdeaux, Saintes, La Rochelle, Île-de-Ré, Nantes, Saint Nazaire, Carnac (Alineamientos), Landivisiau (Tiger Meet) y Mont Saint-Michel.

Cumplimos los objetivos que nos habíamos propuesto, pero francamente, el viaje ha sido un poco matada. Hemos aprendido que 3 horas al día es nuestro límite de conducción para estar cómodos y no acabar agotados. Por lo que, deberíais sumarle un par de días más si os gusta más el slow travel, como a mí.

En el siguiente mapa podéis ver todos los lugares de interés que visitamos, con información y enlaces a sitios web oficiales (que también podréis encontrar al final del artículo).

Nouvelle Aquitanie

Nueva Aquitania es la región de mayor peso turístico de todo Francia y no es de extrañar ya que ella podemos encontrar desde estaciones invernales en los Pirineos, hasta ciudades balneario históricas como Biarritz o Arcachon; pasando por kilómetros de playas en la Cotê d’Argent y sitios históricos de primer nivel declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Vistas desde el Mirador de Biarritz

Una de sus principales actividades económicas es la vitícola. Seguro que os suenan las regiones de Bourdeaux, Cognac y Armagnac. Como también os serán familiares el foie-gras o las ostras, típicas también de la zona.

Biarritz

Biarritz es una ciudad bien conocida y frecuentada por los españoles porque está a menos de una hora de la frontera.

Se trata de una reconocida ciudad balneario con tradición desde el siglo XIX. Destacan sus largas playas en las que encontraréis muchos surfistas, el antiguo puerto ballenero (Port-Vieux) y la iglesia de San Martín, de los cuales tendréis una preciosa panorámica desde el Mirador a Biarrtiz en la Esplanade de la Vierge.

Capbreton

Esta era la tercera vez que estaba en la zona de Las Landas y he de decir por experiencia propia, que esta zona suroccidental de Francia ofrece un microclima muy favorable respecto al resto del Cantábrico. Razón por la cual a principio de junio ya llevaban adelantada la temporada de verano.

La Cotê d’Argent o Costa de la Plata, comprende 120 kilómetros de playas así que no podíamos resistirnos a un poquito de relax en una de sus preciosas playas de fina arena blanca. Pero como no damos puntada sin hilo, aprovechamos para hacer parada en Capbreton donde además visitaríamos los restos de las baterías defensivas de la II Guerra Mundial que hay en la propia playa.

Estas baterías no estaban aquí para defenderse de los desembarcos como ocurrió en la parte norte de Francia, en Normandía, si no que servían para defender posiciones estratégicas del ejército alemán. Como lo eran el aeropuerto de Biarritz donde entrenaban a sus pilotos de combate o los puertos de San Juan de Luz o Bayona, utilizados intensivamente por el ejército nazi. Si realmente os apasiona este tema os recomendamos leer este artículo que cuenta con todo lujo de detalles cómo eran estas baterías y qué funciones cumplían.

Dune du Pyla o Duna de Pilat (Archachon)

La Duna de Pilat ha sido sin duda nuestro lugar paisajístico y natural favorito del viaje. Se trata de la duna más alta de Europa, con más de 100 metros de altura y 2,7 kilómetros de longitud. Sigue creciendo de 3 a 4 metros anualmente porque está situada entre un banco de arena en la costa y un extenso bosque en la parte interior.

Dispone de aparcamientos muy bien señalizados donde dejar el coche, a pocos metros de la Duna. Existen numerosos carteles informativos, centro de información al visitante, servicios públicos, tiendas de souvenirs y pequeños restaurantes de comida rápida.

Las vistas desde su cima son realmente impresionantes, para quedarse contemplándolas por horas.

A un lado puede verse toda la costa, preciosa; con sus islotes, barquitos, sus fondeaderos de nasas de pesca, las ciudades costeras, los parapentes, etc. Y al lado contrario el paisaje cambia radicalmente de color, ofreciendo una extensísima alfombra verde que comprende el Parque Natural de las Landas de Gascuña.

Es un sitio que sin duda nos queda pendiente para disfrutar de un atardecer, pero en este viaje no nos resultaba posible si queríamos cumplir nuestro itinerario.

Arcachon

Apenas paramos en la ciudad balneario de Arcachon. Se trata de una ciudad muy similar a otras de esta zona, donde se pueden ver un montón de casitas y palacetes cerrados, que suponemos recobran vida en la temporada estival.

Eso sí, aprovechamos una de tantas playas para parar a hacer un picnic para cenar, a base de productos franceses riquísimos, principalmente queso y repostería, y todo ello viendo el atardecer. Uno de los placeres de viajar en coche e ir a tu ritmo.

Saintes

A bote pronto, Saintes se presentaba como una pequeña ciudad más de la campiña francesa, pero con solo indagar un poco apareció un precioso Anfiteatro Galo-Romano de los siglos 40 o 50 a.C., un Arco Germánico (18 o 19 a.C.) o algunas iglesias románicas de terminación gótica.

Si tu intención es tener una panorámica del anfiteatro, puedes verlo perfectamente desde fuera del recinto ya que tiene rejas que no tapan su vista. Si quieres visitarlo debes pagar una entrada, y también puedes contratar una audioguía con explicaciones en francés o inglés.

Desde el lateral derecho del Anfiteatro discurre un bonito sendero con indicaciones para ir caminando hasta la Iglesia de Saint-Eutrope que se encuentra a tan solo 500 metros.

Otra zona recomendable en Saintes es dar un paseo cruzando el río entre el Arco Germánico y la Catedral de Saint-Pierre, que vale la pena visitar (entrada gratuita).

Bourdeaux

El descubrimiento monumental del viaje, ha sido Burdeos sin duda alguna.

Se trata de una ciudad Patrimomio Mundial de la Humanidad por la UNESCO y no es para menos ya que posee un conjunto urbanístico y arquitectónico excepcional creado en el Siglo de las Luces (principios del siglo XVIII).

Le Miroir d’Eau o El Espejo de Agua que se sitúa frente a la Plaza de la Bolsa (Plaçe de la Bourse) es una intervención realmente ingeniosa.  Se trata de una fuente en la acera que da gran juego tanto a los ciudadanos de Burdeos como a visitantes.

Puedes disfrutar jugando y refrescarte en días calurosos entre sus chorros de agua, y por supuesto puedes utilizar su reflejo para obtener preciosas fotografías.

Da gusto perderse por cualquiera de sus calles y aparecer frente una fachada neoclásica, una iglesia gótica o un precioso arco medieval.

¿Sabías que Burdeos es la segunda ciudad de Francia con más monumentos históricos protegidos, solo después de París? La verdad es que es una auténtica ciudad museo.

Además, la ciudad está muy preparada para recibir visitas con varios parkings en el centro pero también en la periferia, perfectamente comunicados con el centro por la red de tranvías.

La Rochelle

La Rochelle es una ciudad de origen pesquero y gran tradición náutica. Podéis conocer su historia visitando sus representativas Torres de La Rochelle o su Ayuntamiento.

Si sois más de deporte, encontraréis multitud de oferta de actividades náuticas, disciplina con mucho arraigo en esta ciudad.

La marina alemana creo una de las mayores bases de submarinos del Muro Atlántico en La Rochelle pero no es visitable puesto que está en una zona portuaria de acceso restringido.

Île-de-Ré

La Isla de Ré tiene un gran número de población flotante ya que es principalmente un destino de vacaciones.

Recomendamos visitar sus pueblecitos como Saint-Martin-de-Ré con su característica fortificación de estrella y su resguardado puerto interior. O Ars-de-Re un acogedor pueblo costero con bonitas fachadas blancas y estrechas calles adornadas con flores y plantas.

Antes de llegar a Ars-de-Ré se circula por una carretera que va pegada a la costa, puede pararse en alguna zona habilitada para ello y asomarse al litoral donde, depende de la hora y la marea, pueden verse personas mariscando, al igual que en la zona de marismas del Faro de las Balleras.

Sin duda la atracción más destacada de la Isla es el Faro de las Ballenas o Phare des Bailenes, con sus miles de visitantes al año.

Que no os eche atrás la primera impresión, con su enorme aparcamiento apartado del Faro y un paseo central lleno de puestos de souvenirs justo enfrente al bonito Faro ya que el entorno bien vale un paseo.

Vale la pena subir los 257 peldaños de su escalera de caracol para disfrutar de una panorámica de la Isla, así como pasear por sus alrededores para encontrar un lugar tranquilo «visitors free», ya que incluso en temporada baja encontraréis un gran número de turistas.

Si os interesa el turismo de guerra, durante la Segunda Guerra Mundial las playas de la isla de Ré fueron fortificadas con búnkers para evitar la invasión por mar y pueden verse sus restos en la playa de la Concha de las Ballenas (plage de la Conche des Bailenes).

Pays de la Loire

La región de los Países del Loira es la región de los castillos. En ella discurre la famosa Ruta de los Castillos del Loira, pero también es una región notable por su vida marítima, tanto a nivel naútico como comercial.

En cuanto a otros sectores de economía importantes, destacan la producción de sal de Guerande y la producción vitícola.

Nantes

En Nantes visitamos el Chateaux des ducs De Bretagne o Castillo de los Duques de Bretaña, una antigua fortaleza medieval y palacio ducal. Debe su nombre a que fue la residencia principal de los duques de Bretaña del siglo XIII al XV.

El castillo forma parte de la Ruta de los Castillos del Loira en su parte más baja. El Loira es un importante río navegable que favoreció el comercio de toda la región al conectarlo con el puerto de Saint-Nazaire.

Actualmente, el castillo alberga el Museo de la Historia de Nantes, además varias exposiciones temporales y eventos culturales.

Nantes es una ciudad medieval que bien vale perderse por ella, aunque también encontraréis muchos parques, zonas recreativas e interesantes monumentos contemporáneos.

Saint Nazaire

En la costa oeste de Francia se pueden encontrar muchos vestigios de la II Guerra Mundial. Aquí se encontraba el Muro Atlántico, una gran cadena de refuerzo que pusieron en funcionamiento los nazis para impedir la invasión de los aliados desde Gran Bretaña. Por ello pueden encontrarse búnkers en numerosas playas, fortificaciones, baterías, bases submarinas, etc.

En el Muro Atlántico hubo 6 bases submarinas,  la de Saint Nazaire puede visitarse por afuera e incluso subirse sobre ella, lo que ofrece una completa panorámica del puerto y la costa.

La Base era una auténtica ciudad, con 39.000 m2 de superficie. Tenía capacidad hasta 20 submarinos, pero no solo eso, había más de 90 habitaciones para la tripulación, más de 60 talleres mecánicos, 20 estaciones de bombeo, 4 cocinas, 2 panaderías… y más instalaciones.

En esta base puede visitarse el Sous-Marin Espadon, que no entró en combate. De hecho es francés y se construyó tras la II Guerra Mundial, pero sin duda tiene un gran valor verlo por dentro si se tiene un mínimo de curiosidad.

La vida en un submarino tiene mil cuestiones curiosas que comentar como que la tripulación podía pasar varias semanas sin salir a la superficie conviviendo en un espacio muy reducido. Tenían el periscopio para mantener un vínculo con la superficie y para adaptarse a la profundidad, la intensidad y color de las luces interiores iba modificándose.

Bretagne

La Bretaña es la región más celta de Francia, la definen como país de marineros y campesinos.

Son típicas las ciudades de origen romano, feudal o pesquero, con su arquitectura típica. Es una zona rica en tradiciones, folklore, música y danza. Y nos podemos encontrar algo muy asturiano, la sidra, solo que la suya es gasificada.

Alignements de Carnac

Carnac es un pueblo de campiña francesa absolutamente idílico con sus casitas blancas, sus techos negros, los caminos de piedra y sus bonitas granjas.

En este pueblo podemos encontrar los Alineamientos de Carnac que son un conjunto de menhires, que constituyen el monumento prehistórico más grande del mundo.

La función que desempeña este conjunto es muy discutida, lo que está claro es que es una gran necrópolis. Hay diferentes leyendas y teorías astronómicas pero son controvertidas y no aceptadas por la comunidad científica.

Acabar el día en el mayor monumento prehistórico del Mundo viendo atardecer, es altamente recomendable.

Tiger Meet

Disfrutamos de un día en la B.A.N. Landivisiau en el NATO Tigermeet 2017, donde varios escuadrones «Tigre» realizaron maniobras y entrenamientos. Pudimos verlas desde las pistas donde hicieron gala de sus estilismos especiales y su potencia.

Normandie

Normandía es la región más al norte de Francia que alcazamos en nuestro viaje. ¿Qué podemos destacar de esta región? Por si no lo sabíais es cuna del Impresionismo; es históricamente conocida por una etapa bélica muy significativa en la II Guerra Mundial, los Desembarcos en las Playas de Normandía; y tiene un rico patrimonio medieval con su representación más popular en el fantástico Mont-Saint-Michel. Éste último, fue el único exponente de la región que tuvimos el placer de disfrutar.

Mont Saint-Michel

Hemos visitado pocas maravillas como el Monte Saint Michel. Un viaje en el tiempo al medievo o una inmersión en un escenario mágico propio de Juego de Tronos…

Probablemente conozcas el Mont Saint Michel por muchas fotografías en las que una isla idílica queda incomunicada del litoral porque el puente que los une queda abnegado por la marea alta. Pues bien, para que lo tengáis claro -que a nosotros nos costó entenderlo y encontrar información-, comentaros que esto solo ocurre en señaladas ocasiones en el año, durante las grandes mareas que tienen un altísimo coeficiente, o las también llamadas en el Cantábrico «mareas vivas». De hecho, nosotros fuimos en plena marea alta con miedo a no poder pasar pero esto es lo que nos encontramos.

Para llegar al Mont Saint Michel en coche las indicaciones son muy claras hasta llegar a sus inmensos aparcamientos, y una vez allí, también hay paneles informativos para llegar hasta los autobuses lanzadera que os dejan en el puente junto al Monte Saint Michel.

Recomendamos guardar un día completo para vivir con calma la isla ya que está llena de callecitas y recovecos que agradeceréis disfrutar.

Además, cabe la posibilidad de visitar la Abadía, para lo que hacen falta otras 2 o 3 horas, dependiendo del grado de tranquilidad y/o disfrute que queráis.

Un dato importante, en el Monte hay numerosas tiendas, restaurantes y puestos de comida rápida pero el precio se eleva en un importante porcentaje en relación a la vida normal.

Nuestra fotos y vídeo probablemente no han podido captar la magia que se vive en este lugar tan especial por ello os dejamos este vídeo de Turismo de Normandía que sin duda os dejará boquiabiertos.

En definitiva en este road trip por Francia nos quedamos con paisajes preciosos, mucha historia de todos los tiempos, tradición, tranquilidad. Una Francia acogedora, abierta al turismo, que no comprende tu chapurreo en francés pero que está dispuesta a entenderte en inglés o incluso en español, una cara amable diferente a la viví un par de décadas atrás. ¡Bon voyage!