Os presentamos las Cascadas de Guanga o Buanga que se encuentran en San Andrés de Trubia, en el municipio de Oviedo, lo que las hace una opción de ocio muy atractiva si estás de escapada en la capital de Asturias.
Si te gusta el senderismo y el trekking, Asturias es tu destino perfecto para ir de ruta. Es un Paraíso Natural atravesado por ríos, cascadas, riachuellos, arroyos, etc. que crean un paisaje mágico y fotogénico. Aprovechamos para recomendaros otra de nuestras rutas favoritas, la de los Lagos de Saliencia en el Parque Natural de Somiedo.
Características de la ruta a las Cascadas de Guanga o Buanga
Se trata de una ruta corta, ya que ida y vuelta no llega a los 4 kilómetros, sin embargo requiere de cierta exigencia física ya que se realizan 2 kilómetros de subida con un desnivel de 400 metros y lo mismo de bajada. Esto quiere decir que el terreno está muy empinado y dependiendo de la condición física, las piernas se cargan bastante. Además el terreno es escarpado, con pasos muy desiguales, piedras sueltas, etc. No lo recomendaría para ir con niños, ni tampoco a personas con vértigo.
Si te gusta ir al monte cual cabra pero sin una elevada exigencia -como a nosotros-, esta ruta es perfecta.
Durante la ruta que discurre en gran parte junto al arroyo de Guanga o Buanga, podrás ver diferentes saltos del río, más y menos altos, más y menos accesibles, pero todos preciosos. Destacamos la presencia de 3 cascadas bien accesibles, la más importante de ellas de 20 metros de altura. La ruta discurre además entre castaños, hayas, robles, helechos y bosque de galería.
Falta decir que esta ruta forma parte del trazado completo de la Senda del Oso por lo que encontraréis placas con un dibujo de un oso que señalizan el camino.
A continuación os damos todas las indicaciones de cómo hemos hecho nosotros la ruta a las Cascadas de Guanga en Oviedo.
Inicio de la Ruta a las Cascadas de Guanga
Al entrar en el pueblo de San Andrés encontraremos un desvío a la derecha con un cartel que indica Castañedo del Monte a 4 kilómetros.
Nos desviamos e inmediatamente cogemos un segundo desvío a la derecha que indica de nuevo Castañedo del Monte y El Molín. Justo en el desvío veremos un lavadero y enfrente, zona para aparcar el coche.
Dejamos el coche y volvemos caminando hacia la carretera principal por donde llegamos. A menos de 200 metros dejando una casa con un hórreo a la derecha, encontramos un camino de tierra a la izquierda que se adentra en la ladera y por el que comenzaremos la ascensión (la siguiente imagen está tomada al revés para que se vea bien el camino, se vendría caminando desde el otro lado).
Por lo que hemos visto en Wikiloc, la mayor parte de la gente indica una ruta circular de forma que se inicia pasado el Lavadero donde hemos aparcado el coche y se vuelve por el camino por el que nosotros iniciamos la ruta. Sois libres de buscar esta información e intentar hacerla de otra forma, sin embargo nosotros preguntamos en el pueblo y nos dijeron que subiéramos y bajáramos por el mismo camino. Será cuestión de volver otra vez y hacerla distinta.
La ascensión a las Cascadas de Buanga
La ascensión como comentábamos al principio, es durilla, pero vale la pena ir adentrándose en el bosque e ir viendo una panorámica cada vez más amplia del valle que hace el río Trubia.
Al poco de empezar la ascensión encontraréis un cartel informativo de la ruta junto a una pintoresca finca en cuyo cierre cuelgan latas de refrescos.
Tuvimos la suerte de encontrarnos con el propietario que comentó que se trataba de la basura que dejaba tirada la gente, así que además de contribuir en la limpieza de la zona, conciencia con esta particular obra.
El camino no tiene pérdida es todo hacia arriba hasta que encontremos la primera bifurcación en la cual debemos seguir subiendo hacia la derecha. Si vamos hacia la izquierda bajaremos al arroyo de Guanga, pero si nos hacéis caso es mejor subir más, ya que luego iremos todo el rato de bajada junto el río.
Seguimos subiendo y subiendo hasta que encontremos otra clara bifurcación en la que veréis una placa de señalización con el dibujo de un oso. En este cruce tomaremos el camino más estrecho y agreste que tenemos a la izquierda.
Este camino baja ligeramente ya que se dirige directamente al arroyo y por fin podremos ver la primera y más grande de las cascadas, de unos 20 metros de altura.
Alrededor de esta cascada hay espacios secos, rocas y troncos partidos en los que podrás sentarte a disfrutar de un rico bocata o un tentempié que nunca falta cuando uno se hace al monte.
O simplemente siéntate y disfruta de la naturaleza en estado puro con todos los sentidos. Pon los pies a remojo, escucha cómo cae el agua y se desliza entre las rocas y concéntrate en los aromas húmedos del bosque, es una auténtica pasada.
El descenso y vuelta al inicio de la Ruta
A partir de la primera cascada comenzamos el descenso. Hay dos opciones, se puede volver a la ruta principal y desviarse al resto de cascadas o podéis aventuraros, como hicimos nosotros, e ir siguiendo el transcurso del río en su descenso. Para ello hay que estar un pelín ágil, tampoco mucho, pero no tener miedo de trepar por alguna roca o agacharse para pasar bajo algún tronco.
Este paseo junto al arroyo de Guanga es precioso, con el rumor del agua de compañía y envueltos en frondosa vegetación (en primavera y verano). Al poco de seguir el transcurso del riachuelo veremos otro salto de agua pero no podremos acceder con facilidad a él así que seguimos descendiendo hasta volver a acceder al río. Pronto podremos ver, desde su base, otro salto de agua que cae a una poza y contemplar así, la segunda de las cascadas.
Seguimos el transcurso del arroyo y veremos otro salto de agua al que no podremos acceder con facilidad pero que da impresión ver cómo cae el agua con fuerza desde arriba.
Seguimos descendiendo hasta volver a acceder al río y nos encontraremos con dos preciosos saltos. Otro rincón en el que seguro que te apetecerá sentarte a disfrutar y respirar otro ratito.
Llegado un cierto punto, veréis que desaparece el camino y no podréis seguir junto al río. Únicamente tenéis que subir lo suficiente hasta incorporaros al sendero principal por el que subisteis.
Este tipo de experiencias son de las que más satisfechos nos dejan, probablemente porque nos hacen desconectar y solo nos concentramos en sentir nuestro entorno más natural, y son en muchas ocasiones las más cercanas y fáciles de vivir.
Nuestra recomendación es que prestéis atención y disfrutéis de vuestro entorno más cercano porque no dejará de sorprenderos y además, forma parte de lo que sois.
Qué bonita la ruta!! Y muy currado el post, felicidades!! Me la apunto aunque soy anti cuestas jejeje pero me encantan las cascadas
¡Gracias, Pilar! Aunque tenga cuesta es muy cortita, así que no hay que hacer mucho esfuerzo :)