Después de un año he vuelto a San Isidro Estación Invernal y de Montaña para practicar snowboard. Había ido a esquiar en alguna ocasión, incluyendo una escapada a la estación de Grand Valira en Andorra, pero no fue hasta el año pasado cuando me engañaron para empezar con el snowboarding.
La Estación de San Isidro está en la provincia de León, junto a la frontera con Asturias. Al otro lado de las montañas se encuentra la Estación Invernal Fuentes de Invierno, ya en la vertiente Asturiana.
Me llamó la atención que, a pesar de haber tenido un invierno frío, largo y con grandes nevadas, es todavía marzo y ya quedaba poca nieve. De hecho, la estación de esquí cuenta con 34 kilómetros de pistas aunque solo estaban abiertos 20.
Lo bueno de poder un día de entre semana (era jueves) es que hay muy poca gente esquiando y no hay colas ni problemas para bajar por las pistas. Como soy bastante inexperto todavía con el snowboard (he practicado solo 4 días), bajo lento y me sigue impresionando la velocidad a la que me pasa la gente, especialmente los «paleros».
Hay dos cosas que me gustan de San Isidro en comparación con la estación de Pajares, la otra que fui este año:
- En el telesilla grande que te lleva a las pistas largas tiene un hueco para poder subir con el snow o los esquís apoyados sin llevarlos puestos. Para los más neófitos es complicado tener que subir con ellos puestos nada más llegar y caerte en cuanto te bajas. En Pajares es obligatorio llevarlos puestos. Además el telesilla es mucho más lento.
- La pista de iniciación está al comienzo de la estación, por lo que no necesitas utilizar el telesilla para comenzar a practicar o calentar un poco o «disfrutar» de las primeras caídas.
La única ventaja que le veo a Pajares es que tiene un forfait de 4 horas que se activa la primera vez que utilizas un telesilla. En San Isidro solo hay el forfait de mañana, tarde o día completo. Los primeros acaban/empiezan a las 13:00. En mi caso compré el forfait de medio día que tiene un coste de 13€ y 19€ el de día completo.
Puesto que mi habilidad con el snow es todavía limitada, solo voy por las pistas azules. La que más me gusta es «La Travesía», a la que se llega desde el telesilla que está en la base. Tiene 1.715 metros de longitud y cuenta con una primera zona bastante llana, una bajada más pronunciada, un descanso y luego dos giros a izquierda y derecha pronunciados hasta llegar a un largo y constante descenso hacia el final. En esta última parte es donde puedo probar más a hacer giros porque en las bajadas más pronunciadas todavía no me atrevo.
Este año han abierto varias zonas en esta vertiente de la montaña para practicar skicross (esquí cross) o snowcross. Son zonas con curvas muy pronunciadas y peraltadas y pequeños saltos donde los más hábiles pueden disfrutar todavía más de la nieve. También había una bajada preparada para hacer slalom. Espero algún día controlar ya un poco más para poder intentar ir por esas pistas. Tiene que ser muy divertido.
Una de las cosas que más me gusta de ir a la nieve es la nieve en sí misma. Me encanta ver las montañas nevadas y las vistas desde la cumbre con la cordillera cubierta del manto blanco siempre. De hecho me gusta quedarme un rato arriba caminando por la pista para poder disfrutar de las vistas panorámicas.