Aprovechando que estábamos por el Pirineo Aragonés de viaje, decidimos ir hasta Canfranc para visitar su famosa estación de ferrocarril. Hacía muchos años que tenía ganas de ver la Estación Internacional de Canfranc porque siempre había visto imágenes espectaculares de este gran edificio entre las montañas y por el gusanillo que siempre me mete mi hermano desde su blog VivirElTren. Todo esto probablemente me generó unas expectativas altas que no se cumplieron y la visita guiada, aunque interesante, fue una decepción para mi.
Ubicada en Huesca en un marco incomparable de montañas, valles y pueblos pirenaicos, la Estación de Canfranc tiene una importancia histórica muy destacable ya que fue durante muchos años el nexo de unión ferroviaria entre España y Francia. Se inauguró el 18 de julio de 1928 tras más de 24 años de obras para construir también un complicado túnel que unía los dos países. Se hace difícil pensar cómo con los medios que tenían, prácticamente solo una brújula, pudieron escavar el famoso túnel de Somport desde las dos laderas y llegar a unirse tan solo con unos pocos centímetros de error. El edificio está clasificado como modernista y tiene 241 metros de longitud, con 150 puertas y 350 ventanas.
A la inauguración asistieron todas las autoridades de los dos países, incluyendo el Rey español Alfonso XIII y el presidente francés Gaston Doumergue. Fue tan importante esa fecha que actualmente cada 18 de julio se celebran las fiestas de Canfranc y todos los vecinos y turistas se visten con ropas semejantes a las de comienzos del siglo pasado y realizan una teatralización de la celebración.
A los pocos años de la apertura de la línea comenzó la Gran Depresión y poco después llegó la Guerra Civil española, tiempo en el que el ejército se hizo cargo y tapió el tunel de Somport para evitar cualquier incursión desde Francia. Todo esto y el deshuso final de la línea no hicieron justicia a esta impresionante edificación que quedó en el abandono y olvido.
En el año 2013 comenzó el proyecto de la Diputación de Aragón para restaurar esta importante estación, que estaba en completo estado de abandono, para que pudiera ser visitada y dotarla de diferentes usos comerciales, educativos y turísticos. A fecha de publicación de este artículo solo está restaurado el vestíbulo de la estación y el túnel pasadizo subterráneo de acceso.
La visita guiada
Es importante remarcar que la única forma de visitar una pequeña parte de la estación es en una visita guiada. Las entradas se pueden comprar en la oficina de información de Canfranc o a través de la página web de Canfranc.es y tienen un coste de 4€ por adulto y 1,5€ por niño. Hay 3 visitas guiadas por la mañana y otras 3 por la tarde. Os recomiendo que realicéis previamente la reserva ya que en muchas épocas del año se llena el cupo y no podréis acceder.
La visita dura aproximadamente unos 45 minutos y comienza en el punto de encuentro, a la puerta de la estación antigua. Allí facilitan una redecilla y un casco para poder acceder, puesto que están todavía en una primera fase de rehabilitación.
El guía hace un repaso de toda la historia de la Estación y su importancia también geopolítica, ya que sin duda fue uno de los grandes acuerdos de la época entre España y Francia. A lo largo del paseo se puede ver que se utilizaron materiales de lujo muy caros para su construcción. Una parte se perdió en un importante incendio en 1931.
La estación tuvo también importancia en la economía de la zona, tanto que el pueblo «se movió» unos kilómetros hasta su ubicación actual. De hecho ahora hay dos pueblos: Canfranc y Canfranc-Estación.
La segunda parte de la visita tiene lugar en el vestíbulo principal de la estación. Es la segunda y última parte porque no se puede visitar nada más. Allí hay diversos paneles informativos, se puede ver un vídeo y el guía cuenta varias historias interesantes que tienen que ver con espías, las guerras de la época y otros datos curiosos. Hay incluso algún libro que hace referencia a estas peripecias en la que españoles y franceses se jugaban el cuello para pasar documentos con información secreta o para conseguir salvar a judíos. Hay también varias investigaciones que confirman que por la Estación Internacional de Canfranc pasaron más 90 toneladas de oro nazi que se enviaba desde Suiza hasta España y Portugal.
Desde el vestíbulo pude hacer una sola foto de un par de vagones abandonados que había entre los dos edificios de la estación. Hay que recordar que uno era la parte española y otra la francesa.
Algunos datos
La Estación Internacional de Canfranc fue declarada en el año 2002 Bien de Interés Cultural y desde entonces se han conseguido fondos del Gobierno de Aragón para tratar de restaurarla.
En el año 2013 la Estación es comprada por Suelo y Vivienda de Aragón que es la entidad que ejecuta la restauración y comienza a hacer visitas guiadas tratando de recuperar este lugar como estaba en su momento de mayor importancia.
Está ubicada en la gran explanada de los Arañones a 1.195 metros de altitud.
La vía entre Canfranc y Francia no se utiliza porque hace un tiempo hubo un accidente en un puente y los franceses lo están arreglando con el objetivo de que la línea vuelva a retomarse más adelante.
Conclusión
Como ya comenté en la introducción, para mi la visita ha sido una decepción porque solo se puede acceder a una parte y la restauración va lenta. Han tenido que hacer un gran trabajo porque estaba completamente abandonada y vandalizada tras muchos años de olvido por parte de la Administración. Eso no quiere decir que, al menos, verla desde fuera y visitar el edificio que ya está en buen estado no valga la pena. Lo que puede que no recomiende en este momento (a finales de 2019) es hacer un gran viaje para conocerla, pero si estáis por la zona no dudéis en acercaros.
Probablemente una buena opción para conocer su gran magnitud sería hacer alguna de las rutas de montaña que hay por la zona para poder ver la estación desde la ladera. Por falta de tiempo no pude intentar esto, así que me quedé sin la «foto de postal».
Y si quiero ver el vaso medio lleno, puedo decir que me quedo con la sensación de que tengo que volver a Canfranc dentro de unos cuantos años para ver cómo ha terminado la restauración. Igual un 18 de julio, por ejemplo de 2029, puede ser una buena fecha para ver engalanado el pueblo y conocer la otra mitad de la estación. Y puede que igual hasta hayan restaurando un tren o una locomotora. ¡Pasajeros al tren!
Galería de fotos