Visitando París en 1 día

Probablemente os parezca que visitar París en 1 día es imposible, pero os voy a contar una ruta que podéis hacer para visitar todos los lugares más emblemáticos de la capital francesa en solo una jornada. Es la ruta que realicé hace unos años cuando estaba de vacaciones en Bruselas y viajé a París en el tren Thalys , que une cada media hora las dos ciudades.

Punto de partida: Gare du Nord

La estación de tren Gare du Nord es una de las 5 grandes estaciones que hay en París. Las otras son Gare de l’Est, Gare de Lyon, Gare Montparnasse y Saint-Lazare siguiendo el recorrido horario en lo que a localización se refiere. Llegar en tren al centro de la ciudad es una de las mejores opciones. Se coge la linea 4 hrasta Chatelet y de ahí la línea 1 hasta la última parada que es La Défense – Grande Arche. Se tarda unos 30 minutos.

Una de las localizaciones que más lejos queda del centro es La Défense. Se trata de un barrio moderno de negocios con edificios de oficinas, rascacielos y hoteles. Sigue la línea del eje histórico, «axe historique«, y el nuevo arco «Grande Arche» está alineado con el Arco del Triunfo. La mejor forma de llegar (y la más económica) es en metro. La verdad es que una vez visitado, creo que es una parada que podía haber evitado. Son edificios modernos como en cualquier ciudad del mundo. Lo que sí que no hay en ningún otro lugar es el original Paris Hilton.

Arco del Triunfo, Trocadero y La Torre Eiffel

Volvimos a viajar en la línea 1 de metro hasta la parada Charles du Gaulle – Étoile que es donde está el Arco del Triunfo. Es un monumento que sí se puede disfrutar ya que la rotonda que lo rodea es enorme con 5 carriles por lo que se puede ver perfectamente desde todos los ángulos. Como no había mucho tiempo, no pudimos esperar la cola para subir y ver el interior.

Nos dirigimos por una de las 12 calles que llegan al monumento, la Avenida Kléber, rumbo a Trocadero. Según íbamos llegando ya podíamos ver el pico de la Torre Eiffel. Hay que caminar 1 kilómentro hasta llegar a la explanada donde está el Palacio de Trocadero, punto desde donde se tiene una vista impresionante de la Torre. A los lados están situados el Museo Nacional de la Marina y el Museo del Hombre.

En este punto vale la pena pararse un rato y disfrutar de las vistas con la fuente de los jardines, el Pont d’Iéna cruzando el río Sena y la Torre Eiffel con los Campos de Marte detrás. Tengo que decir que, a pesar de haber visto el famoso monumento innumerables veces por la televisión, llegar allí y verlo así me impresionó mucho. En general me suelen desilusionar esas cosas (como el ridículo Manneken Pis de Bruselas), pero en esta ocasión fue todo lo contrario.

Bajamos hasta el pie de la Torre, pero de nuevo no hubo tiempo a subir y ver París desde lo alto. No había mucha gente haciendo cola, pero seguíamos teniendo mucho que visitar. Hacía mucho viento y había varios carteles informativos que había que extremar las precauciones para subir.

Los Inválidos, los Palacios y los Campos Eliseos

Recorrimos la avenida de la Motte-Picquet (otro kilómetro) para llegar hasta el Hôtel National des Invalides, un edificio enorme del siglo XVII donde está la Escuela Militar, el Museo del Ejército y una gran iglesia. Atravesamos la Plaza de Los Inválidos y la explanada hasta el Puente Alexandre III, inaugurado en 1900, que es el más largo de París con 232 metros de longitud.

Al otro lado están el complejo monumental formado por el Gran Palacio, Grand Palais,  y el Pequeño Palacio, Petit Palais. El primero es también conocido como el Gran Palacio de Bellas Artes ya que actualmente es donde está la Escuela. Se construyó para albergar la Exposición Univertal de 1900. El Museo del Petit Palais alberga el Museo de Bellas Artes y el objetivo de su construcción fue el mismo que su hermano mayor.

Seguimos rumbo a la Avenue des Champs-Élysées, una de las más famosas de la ciudad. Esta parte sí que me decepcionó un poco ya que, al ser todavía invierto, todos los árboles estaban sin hoja y la imagen no era tan bonita o espectacular como parecía. Ésta arteria de la ciudad es un punto perfecto para ver la alineación de los Arcos que os mostré antes. Aun estando tan lejos se puede ver bien el arco de La Défense.

El Louvre, Notre Dame y Le Panthéon

La ruta continuaba hacia el famoso Museo del Louvre el más visitado del mundo. Antes tuvimos que atravesar la Plaza de la Concordia, otro bonito punto. Es la segunda plaza más grande de todo Francia y en el centro está el Obelisco de Luxor, traído de Egipto del templo de su mismo nombre en 1830. Mide 23 metros de alto y pesa 230 toneladas. Lo flanquean dos bonitas fuentes de bronce, llamadas Fuente de los Mares y Fuente de los Ríos.

El edificio es del Louvre es espectacular y la caminando también lo es a través de los jardines y las fuentes. Soy de los que opina que la pirámide transparente del centro de la plaza desentona mucho, pero hay que reconocer que se ha convertido ya en parte del Museo y un elemento reconocible del mismo. La cantidad de obras que guarda el Museo del Louvre y su valor es incalculable. La más conocida es La Gioconda de Leonardo da Vinci, pero hay cientos de miles de obras más por visitar. A mi solo me dio tiempo a bajar a la zona de la entrada, justo debajo de la pirámide, recoger algo de información sobre las diferentes rutas y visitas interiores y volver a continuar el camino.

La siguiente parada era la Catedral de Notre Dame, de estilo gótico del siglo XIII. Está situada en la Isla de la Cité y es otro de esos monumentos de decepciona un poco al verlos. Es bonita, pero después del Louvre sabe a poco. Es una iglesia como otras muchas que puede haber en España (para mi la Catedral de Burgos está muy por encima de Notre Dame) y las gárgolas, una de las características del edificio, son mucho más pequeñas de lo esperado. No obstante, es una parada obligada, aunque sea solo para hacer la foto.

Caminamos otros 10 minutos, no llega a 1 kilómetro, hacia el Panteón de París. Esto se hace ya un poco más cansado porque es todo cuesta arriba y ya llevábamos unas cuantas horas caminando. No pudimos visitarlo por dentro ya que cerraba muy pronto, a las 18:00 y era ya más tarde. Dentro alberga 65 féretros de ilustres personalidades francesas: Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Marie Curie, Jean Monnet,… Había una exposición sobre las grandes mujeres de la historia, como se puede ver en la siguiente foto:

Última parada: Montmartre, Sacré-Cœur y Moulin Rouge

Del Panteón bajamos hasta la plaza Odeón para coger la línea 4 de metro y bajarnos en la parada Château Rouge. La ruta son aproximadamente 40 minutos. Dese ahí hay que caminar 8 minutos cuesta arriba para poder llegar hasta la Basílica del Sagrado Corazón (Sacré-Cœur) en la colina de Montmartre. Es un edificio blanco muy bonito que parece hecho de marfil. Se comenzó a construir a finales del siglo XIX y está inspirada en la arquitectura romana y bizantina. Es sin duda uno de los edificios que más me gustó de París.

Llegamos además en el momento justo desde el atardecer, y puesto que Montmartre es un punto elevado, las vistas de la ciudad son espectaculares. Se pueden ver todos los puntos más importantes de la ciudad. Te puedes sentar en las escaleras para disfrutar del paisaje y además suele haber más grupos de gente y músicos callejeros que te hacen pasar un rato muy entretenido. Visita obligada.

Cuando las luces nocturnas de París ya se encendían, llegaba la hora de volver a la Gare du Nord para coger el tren de vuelta, no sin antes hacer otra parada: el Moulin Rouge. El edificio del famoso molino rojo es también más pequeño de lo esperado, pero llama mucho la atención iluminado. Además era hora de la función y había bastante gente lista para entrar y disfrutar del espectáculo del cabaret.

Ahora ya sí se nos había acabado el día y nos dirigimos a la estación de tren. Un día agotador, pero pudimos conocer y visitar algunos de los puntos de interés y monumentos más importantes de París. ¿No lo creíais posible? Pues sí que lo era. Por supuesto, la recomendación fundamental es que, a París, hay que ir a visitarlo más de un día.

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